El malestar en la cultura decía Freud, radica en las normas; esas que maniatan la civilización para que sea posible la convivencia humana. Quizás si le preguntamos a los costarricenses en la calle, en dónde ubicarían ellos dicho malestar, responderían que en la clase política; en aquellos que se desempeñan como el brazo y la voluntad de la ley. Con razón o sin ella, algunos costarricenses se quejan de una clase política que olvida pronto a quienes los pusieron en sus curules. Sin embargo rara vez se tiene la oportunidad de sentarse a conversar con la otra cara, con la otra perspectiva; no ya desde los intereses mediáticos y partidarios, sino desde una conversación sincera y auténtica como la que nos concedió María Inés, una de las 57 personas que ponen su cara día a día a disposición de la crítica y el escarnio popular por querer asumir una responsabilidad con su país; algo que de ninguna manera resulta sencillo. ¿A qué se deben nuestros malestares? ¿A las leyes, a los políticos ó a nuestras expectativas?