Como si de un árido western de Sergio Leone se tratara, el 2020 nos ha recluido en pueblos (y carreteras) fantasma de puertas cerradas y matojos rodantes, en medio del fuerte viento decembrino. Justamente mientras grabamos, hace su arribo al país el avión que trae la esperanza de frenar al SARS-Cov-2, cual Clint Eastwood llegando a galope y mordiendo la chinga del cigarro con sus patas de gallo, a este pequeño pueblo empobrecido del lejano oeste. Asistimos a un duelo a muerte a 7 pasos entre el SARS Colt 45 "peacemaker" y nuestro arsenal hipodérmico y logístico. Hemos querido cerrar el último programa del año siendo pistoleros del optimismo, carabineros del porvenir. Pero también hemos querido ser agradecidos con todo lo bueno que ha habido dentro de lo que muchos han llamado un año para el olvido; porque en todo lo malo debe haber siempre algo que sea de alguna manera, mejor.