Los creyentes, así como todos los demás, experimentamos momentos difíciles en nuestras vidas. Dios permite estos tiempos y, a menudo, cuando el tiempo o la temporada están completos y las cosas van mejor, podemos ver un resultado positivo de esos días de dificultad. Dios nos fortalece usando muchas cosas y es similar al forjar y fabricar metal. Las cosas se calientan y parece que nos golpean, pero al final salimos más fuertes como resultado.