En nuestra relación con Jesús, Su voluntad a menudo no es consistente con la mía, dejándome con una decisión que tomar. Su voluntad o mi voluntad. ¿Cuál? Recordar que Dios es eterno y tiene una perspectiva eterna debería hacer que le demos el beneficio de la duda porque Él ve el futuro, nosotros no. Y muchas cosas que ocurren en nuestras vidas hoy, tendrán resultados en el futuro que no podemos ver ahora. Así que aprender a confiar en Dios y en Su voluntad no solo nos acerca a Él, sino que también nos da la confianza de que Su voluntad es la mejor, sin importar si la entiendo o no.